A veces la dedicación de uno a algo importante (para él) se confunde con un cierto egoísmo perjudicial para los que le rodean. Y hasta cierto punto es verdad. Cuando decido ir a un taller de yoga todo el fin de semana existe un precio a pagar. Dejo a mi mujer con mis hijos sola que suporta sola la carga de la paternidad/maternidad y incluso puede tener consecuencias negativas para nuestra relación.
Sin embargo me acerca a un espacio desde donde puedo ser mejor profesor y ayudar a mis alumnos a encontrar ese espacio interno que el yoga tanto señala. Me da energía a mi para poder ayudar a mi familia y permite una experiencia interna (con alguna suerte) transformadora. La linea divisoria no es muy visible y exige una especial claridad (seria lo que los yoguis llaman viveka).
Andy Irons, surfista profesional tres veces campeón del mundo. Muerto en el 2010 supuestamente con una sobredosis decía algo parecido:
“Ganar un título mundial es ser codicioso […] no codicioso en el sentido de Wall Street y arruinar la vida de otras personas. Codicioso en el sentido que toda mi energía era para el surf, toda mi vida era surf, cuando entraba en un torneo querría ser el mejor surfista del mundo […] yo quería ser el surfista más competitivo del mundo. […] Hubo un momento donde ya ni siquiera me divertía. Apenas hacia lo que tenía que hacer, repitiendo. Entonces tuve que repensar mi surf. […]
¿Alguna vez oísteis la expresión: ‘ser besado por Dios’? [Surf] se asemeja bastante. Es lo que sueles sentir: ser besado por Dios. En aquellos 10, 3, 2 segundos es cuando Dios baja y te toca. Después pasas el resto de tu vida persiguiendo esa primera ola, el primero tubo, el primero giro. A veces lo haces, pero siempre intentas hacerlo mejor, más largo, más alto, más lejos. Eso es ser besado por Dios.”
¡A que suena a samadhi!
¿Que prefieres tú? Decide con ecuanimidad.
Http://margruesa.com/andy-irons/ (la entrevista ya no está en este enlace, pero puedes ver muchas cosas sobre Andy Irons en esta página).
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